martes, 8 de marzo de 2011

Viuda Roja

El rojizo color del cielo en su vida
se torna violeta al fundirse con el lagrimeo,
la tierra y la sangre caliente aún.
Llora desesperadamente esa alma fugitiva,
Ambiciosamente mató a ese primero;
a él también lo llevó al ataúd.
Fue el único que la quiso. Le enseñó lo verdadero,
lo desconocido para ella, algo que anhelaba
sentir en su muerto y enterrado corazón.
¡Llora alma a tu último de vivir anhelo!
¡Llora al que felicidad necesaria presagiaba
y que tu alma dañada sin más lo mató!

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